Mi valiente Nerea, ella sí escribió y noté su vacilación y miedo acotado. Mi extraña y valiente Nerea, aunque sólo sea porque lo espero, escribe. Qué placer tan grande esa noche de charla en la terraza, hablando sobre la muerte y el amor, "eros y tanatos" de nuevo juntos. Si ahora pudiera pedir un deseo, no pediría "un rabo de nubes, que se llevara lo feo y me dejara el querube" como canta Silvio Rodriguez, pediría tener tus palabras embotelladas, cogería un abridor las descorcharía y me las bebería a sorbitos pausados para poderlas degustar de nuevo, comprobar la acidez justa, el retrogusto especiado y sabroso, su aroma, en la nariz, dulce y observar los incontables matices rojizos y brillantes girar en la copa, como en una montaña rusa de recuerdos.
Sí, porque sus palabras las de entonces y las que escritas por ella: "Mis recuerdos se asemejan a esta imagen en la que se vislumbra una pequeña figura en el mar que soy yo, libre como nunca lo había sido y libre como sigo siéndolo ahora...." me hacen alzar la copa (bueno, vale, ya he roto la poesía; era una cerveza y encima de lata) y decir: a tu salud compañera.
CONCHA
2 comentarios:
Yo no tengo fotos ni palabras. Sólo unas coordenadas que ya forman parte de nosotros:
14º47'47,28''
15º55'39,02''
no hay más que descargarse el google earth y volar un poco
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